Significa “mensajero de Dios”, o “el que trae el saber” en lengua mochica, una cultura preincaica.

Además, Tzhoecoen es el nombre de una revista científica de la Universidad Señor de Sipán, cuyo último número monográfico está dedicado al aprendizaje-servicio.

Este ha sido uno de los frutos tangibles de trabajo colaborativo entre los miembros de la Red Iberoamericana de Aprendizaje-Servicio.

En esta red, que esta mañana ha celebrado su tradicional encuentro en Buenos Aires, cada año nos reunimos más países, sectores e instituciones diversas, para compartir prácticas educativas que fortalecen las comunidades donde se desarrollan.

Así lo ha testimoniado la presencia de los participantes de Chile, un país recientemente castigado por dos tragedias consecutivas: la del tsunami primero y la de los mineros atrapados después.

Después de este encuentro, hemos asistido a la entrega de los Premios Presidenciales, este año dedicados a las prácticas de aprendizaje-servicio en la educación superior.

El primer premio lo ha merecido la Universidad Nacional Río Cuarto, de la Provincia de Córdoba, por sus prácticas socio-comunitarias al servicio del desarrollo local y regional.

Sin embargo, todos los proyectos finalistas, sin excepción, nos han impresionado por la categoría y el alcance de las actuaciones. Una muestra extraordinaria de responsabilidad social.

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