Parece un trabalenguas, expresa lo relacionado que está todo y subraya la centralidad de la participación en la educación: éste ha sido el lema del congreso bianual Educació i Entorn que organiza el Departamento de Educación de la Generalitat de Cataluña.

La verdad es que estoy muy contenta de haber podido asistir. Las aportaciones de los ponentes han sido muy lúcidas y sugerentes. Además, el paisaje que nos rodeaba era extraordinario: ¡se nota la huella del invierno y primavera lluviosos!

Como que había espacios simultáneos, no he podido disfrutar de todas las reflexiones y discusiones, pero anoto, para saborear lentamente, algunas ideas luminosas sobre la sociedad del conocimiento y la participación. ¡Atención!: sólo son mis apuntes:

En nuestra sociedad del conocimiento el enemigo no es la ignorancia sino la confusión, el exceso. Una persona que “sabe” es la que sabe lo que no hace falta saber, lo que no es importante (Daniel Innerarity).

Ha cambiado el concepto de inteligencia. La inteligencia hoy es la capacidad de salir bien parado en situaciones en las que uno no se maneja muy bien (Daniel Innerarity)

La participación puede ser una excusa para no tomar decisiones, para eviotar responsabilidades. Curiosamente, puede ser “antidemocrática”. (José Gimeno Sacristán).

El gran problema en la educación es la falta de un proyecto, de saber adónde vamos. Países con menor renta per cápita y menores recursos obtienen mejores resultados educativos porque tienen un proyecto. (José Gimeno Sacristán).

La comunicación es el elemento central de nuestras redes actuales (Joan Majó).

En la educación reglada se debe mantener el concepto de escuela y de maestro, pero debe revisarse el concepto de clase, que se ha quedado obsoleto. (Joan Majó).

Sólo los adultos diferenciamos entre realidad virtual y realidad “real”. Para los niños y niñas, sólo hay una realidad (Begoña Gros)

Los valores clave de la participación son el reconocimiento del otro, el respeto activo, la responsabilidad, la iniciativa, la confianza (Begoña Gros y Óscar Rebollo).

Hay tres tipos de gozo intelectual: el estímulo, lo que nos permite pasar de la indolencia a la acción; la conversación, que requiere escuchar antes de hablar y hablar sólo después de escuchar; y la comprensión,  el único goce de los tres que es exclusivamente individual. (Jorge Wagensberg).

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