Recuperar la hoguera milenaria, la magia del érase una vez, la seducción de la voz que desgrana una historia…

Cuando las organizaciones sociales practican aprendizaje-servicio aportan conocimiento en forma de relato.

No lo hacen como la escuela, el instituto o la universidad, que deben ayudar a sistematizar, analizar, deducir e inducir.

Diferente del aprendizaje ordenado y clasificado, el aprendizaje propuesto por las organizaciones sociales se articula a través del relato. Donde la escuela explica, la organización social cuenta.

Pero no se trata de una narración de ficción, sino de pura realidad: e un problema, un conflicto o una necesidad social, cuyos protagonistas -frecuentemente héroes cotidianos- son personas reales.

Las prácticas que se presentaron esta tarde en el panel de organizaciones sociales tienen, entr otros valores específicos, el de contar con un relato emocionante y, por ello, motivador.

La experiencia de los Mochileros de Cáritas, la de la Murga de APDENA, la del programa Avancemos de Ashoka con CLAYSS o la de FLACSO con CIEE, llaman a los jóvenes a compartir protagonismo en una película que no es de fantasía, en la que el valor heroico más preciado es el compromiso.

 

 

 

 

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