La situación excepcional de pandemia por el COVID-19 ha generado muchísimos análisis y reflexiones. En la Red Española de Aprendizaje-Servicio (REDAPS) hemos recogido aquellas que más nos están sirviendo para profundizar en las causas y consecuencias de esta crisis. Encontrarás una buena recopilación aquí: En torno al COVID-19

Al mismo tiempo, han surgido una gran variedad de iniciativas de aprendizaje-servicio en periodo de confinamiento. Muchas de estas iniciativas son proyectos que ya se habían iniciado antes de la pandemia, y que durante ésta se han adaptado al distanciamiento físico. Otros proyectos han nacido directamente de esta circunstancia, y son también una expresión de la generosidad y creatividad de chicos y chicas y sus educadores.

En la REDAPS estamos recogiéndolas también a medida que nos van llegando y las publicamos en diversos post. En este blog yo las voy colocando en la página ApS y Coronavirus.

Entre reflexiones y experiencias, estoy participando últimamente en bastantes diálogos y webinars sobre el aporte del aprendizaje-servicio en este momento crucial que estamos atravesando.

He elaborado este pequeño artículo: La fraternidad no puede esperar. La brújula educativa del aprendizaje-servicio, para sintetizar las lecciones aprendidas.

En síntesis, la idea-clave:

Los niños y niñas tienen derecho a ser educados en la generosidad. Tienen derecho a contribuir a mejorar la sociedad, a hacer de este mundo un lugar más fraternal y más habitable. No podemos negarles este derecho. Y no podemos esperar. Porque, como nos recordaba el filósofo Leonardo Boff y como nos ha demostrado esta crisis, sin generosidad, sin fraternidad, sin responsabilidad hacia los demás, en definitiva, sin cuidados… la vida perece

 

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