Si tienes que presentar una investigación a un grupo de investigadores como tú,  no sigas leyendo. Esto no va para ti.

Esto va para todas las personas, habitualmente académicas, que tienen que exponer el resultado de su investigación a un público diverso y no académico. En teoría, el público que debería ser el gran beneficiado del estudio.

Hay muchas maneras de complicarle las cosas a la gente y volver tediosa, pedante o irritante una exposición, pero puestos a repasar un abanico de estrategias, vamos a partir de un supuesto:

Un ayuntamiento te encargó un estudio sobre las preferencias que tiene la gente joven del municipio cuanto a comprar en grandes superficies o bien comprar en el comercio local. Recuerda que se trata de un supuesto.

Acabaste el estudio y te piden que lo presentes en un acto dirigido a comerciantes del territorio, familias, jóvenes que participaron en las encuestas, dinamizadores juveniles, etcétera.

Sigue estos sencillos pasos y conseguirás sacar al público de sus casillas:

  1. Céntrate en lo que a ti te interesa y prescinde de lo que le interesa a la gente que te está escuchando. Explica detallada y largamente todos los prolegómenos: cómo fue el proceso, qué metodología seguiste. Incluso, si te animas, puedes empezar definiendo qué se entiende por investigación, qué se entiende por evaluación y cuantas tendencias contemporáneas hay en este tema. Sabes que el auditorio espera ansiosamente que cuentes el resultado, ¿verdad? ¡pues no le des esa satisfacción!
  2. Proyecta diapositivas con abundante letra pequeña, fotos también pequeñas, borrosas y desordenadas, ¡no fuera que se vieran bien! Puedes sacar las diapositivas directamente de tu documento, escaneando sin piedad algunas páginas.
  3. En lugar de hablar al público directamente, recita textualmente lo que pone tu documento o lo que ponen las diapositivas, o ambas cosas a la vez. De esta manera reforzarás las mermadas capacidades de las personas que te están escuchando, que podrán deleitarse con tu estupenda habilidad lectora.
  4. Si te dan treinta minutos, por favor alárgate y consume al menos el doble, especialmente si tienen que intervenir otras personas después de ti: ¡aprovecha para robarles parte de su tiempo!
  5. Utiliza un vocabulario barroco y muy técnico, de manera que sólo te entienda bien la audiencia que tiene tu misma formación y especialización. El objetivo es que las personas del público crean que, si no te entienden bien, es porque tu sabes muchísimo.
  6. Al final del acto, quéjate a los organizadores de que te han dado muy poco tiempo. Que el estudio era muy complejo y… ¡era necesario aclarar tantos aspectos!
  7. Vete corriendo. Eres una persona muy ocupada, no puedes perder tu valioso tiempo hablando con los demás, comentando el estudio o escuchando las impresiones que han tenido. ¿Para qué? ¿Qué te aporta eso?

¿Lo ves? ¡Es bien sencillo! Se trata sólo de aprovechar la ocasión para darle una dosis de vitaminas a tu ego, que nunca viene mal.

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