Después de tres años, vuelvo a Argentina, al Seminario Internacional de Aprendizaje y Servicio Solidario, que después de la pandemia vuelve a abrir sus puertas presencialmente.

Un evento anual al que siempre he intentado acudir, por varias razones:

  • porque aprendo muchísimo sobre aprendizaje-servicio en un contexto internacional y, como una esponja seca, todo lo que absorbo puedo luego exprimirlo en mi país.
  • porque se trata de una experiencia extraordinaria que todos los que practicamos aprendizaje-servicio deberíamos poder disfrutar, al menos una vez en la vida.
  • porque a lo largo de los años hice muchas amistades, las añoro y deseo encontrarme con ellas.
  • porque, en cualquier caso, viajar abre los ojos y la mente. Cambia las perspectivas, desmonta prejuicios y tópicos. Sólo por eso ya vale la pena.

Este año vamos a participar vascos, catalanes, aragoneses, madrileños, valencianos y navarros, lo cual es un gran paso puesto que durante un tiempo fui la única espeñola que participada de manera regular.

Me toca intervenir en la mesa final de conclusiones, lo cual me va a forzar a no perder detalle de los paneles, diálogos, foros y talleres. Todo un reto, que agradezco profundamente a CLAYSS y a María Nieves Tapia, su directora académica.

Precisamente en 2022 se cumplen 20 años de la fundación de CLAYSS, la organización anfitriona y 25 años de Seminario Internacional. ¡Estamos, pues, de celebración!

20 años de una organizaciónde la sociedad civil es señal de madurez y estabilidad, lo cual para la mayoría de las iniciativas sociales tiene mucho mérito, ya que deben enfrentarse a una doble lucha: la que plantea la causa que persiguen y la que plantea su propia sostenibilidad. Ambos focos exigen un equilibrio difícil: sin sostenibilidad no se alcanzan cambios positivos en la causa y, si se desatiende la causa, la sostenibilidad pierde su alma. CLAYSS ha conseguido este equilibrio y por ello también es en este aspecto una organización referente.

Y sabiendo lo mucho que gusta Joan Manuel Serrat a mis colegas argentinas, quisiera dedicarles esta canción: Ara que tinc vint anys (Ahora que tengo veinte años):

Ara que tinc vint anys,

ara que encara tinc força,

que no tinc l’ànima morta

i em sento bullir la sang.

Ara que em sento capaç

de cantar si un altre canta,

avui que encara tinc veu

i encara puc creure en déus…

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