Esta semana me ha empezado a llegar publicidad del Black Friday. Marcas deportivas, de cosméticos, genéricas como Amazon, etcétera.  Y también en la calle he visto florecer carteles en las tiendas anunciando grandes descuentos para la semana del 23 de noviembre.

Reconozco que el año pasado, antes de la pandemia, estaba mucho más mosqueada que ahora mismo con la locura consumista. En este año, en el que tanto se ha enfriado la economía y tanto ha bajado  el consumo, me he vuelto un poco más comprensiva con la urgencia de vender, sobre todo por parte del pequeño comercio.

No se si va a haber mucha locura con el Black Friday, pero lo que si sé es que tan necesario puede ser en este momento comprar apoyando al comercio local como dar y compartir.

En este sentido, encuentro una gran inspiración en el artículo Pedagogía del don. Relación y servicio en educación, de Xus Martín, Josep Puig y Mónica Gijón. Los autores enfocan el don como un dinamismo formativo esencial y afirman que una educación completa requiere un doble ciclo de don: de los educadores a los educandos y de éstos a la comunidad.

El artículo se basa en la teoría del don, que se distancia tanto del holismo que sobrevalora la obediencia a la norma social, como del individualismo que exalta el interés y la libre elección.

Me parece que este individualismo es el que justificaría – si hubiera que justificar- iniciativas como la del Black Friday, porque considera que cuando nos movemos únicamente por nuestro interés egoísta (por ejemplo, cuando consumimos con desmesura) acabamos provocando un bien social para todos (porque ese consumo reanima la economía).

Sin embargo, como defienden los autores, resulta imposible convivir sin reciprocidad y sin relaciones de confianza, altruismo, cuidado y cooperación. No hay sociedad sin don y no hay educación sin entender que el don de los educadores y la capacidad de dar de los educandos son momentos necesarios en el proceso de construcción de la personalidad y de la ciudadanía.

Para contrarrestar el agobio publicitario de lo que nos espera la semana que viene,  también me ha llegado esta semana la información de un proyecto de aprendizaje-servicio vinculado al #GivingTuesday, por parte del del alumnado de 2º de la ESO del Colegio La Corolla de Gijón.

#GivingTuesday es un movimiento internacional, sin ánimo de lucro, que nació el año 2012, como alternativa humanizadora al consumo desenfrenado y despilfarro que representan el Black Friday y el Cyber Monday y, en general, toda la parafernalia volcada al consumismo de las semanas previas a la Navidad. Su objetivo es promover la solidaridad entre personas, organizaciones, instituciones y empresas, celebrando en un martes de diciembre el acto de dar.

Los chicos y chicas de La Corolla han lanzado su campaña de adhesión al Giving Tuesday aportando un abanico de propuestas adherirse al #Movimiento Giving y celebrarlo:

  1. Dona tus juegos y juguetes en buen estado a la Juguetería Solidaria de Mar de Niebla y dales una segunda oportunidad. ¡No olvides sus pilas!
  2. Pasa por caja y contribuye en familia a la campaña del Banco de Alimentos en diferentes supermercados: Alimerka, DIA…
  3. Cierra el círculo: haz posible “Rapacín Online” lleva los equipos informáticos que no uses a los puntos limpios de Roces y La Calzada para su puesta a punto y entrega a estudiantes que los necesiten.
  4. Dona tu paga (o tu regalo de cumpleaños) y pon un plato en la mesa. LA COCINA ECONÓMICA cocinará con mimo ricos menús para ser entregados a las personas que lo necesiten. Organiza una colecta o dona online. Comparte tu tiempo haz voluntariado en familia. Son muchas las entidades con las que colaborar y ejercer solidaridad.
  5. Comparte tu atención y empatía. Estate atento a las necesidades de los vecinos y vecinas, ayuda a vencer la soledad.
  6. Expande solidaridad: da sentido a tu Story compartiendo Stories con sentido, hay muchas buenas causas que merecen ser compartidas. ¡El martes 1 de diciembre #GivingTuesday nos encontramos en las RRSS!

En este vídeo promocional nos explican su iniciativa. Vale la pena apoyarles, reconocer su esfuerzo y alimentar la espiral positiva del acto de dar.

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