Hola, Alberto,

Me pides desde Argentina que te de una visión con mis ojos de lo que pasa en Cataluña. Pero como sabes, mi mirada política no es experta ni profunda y casi tengo que hablarte sólo desde el corazón.

Y eso es una gran contradicción, porque lo que sobran en este momento son emociones desbordadas y lo que hace falta es razonamiento y argumentación sosegada. La que busco en lecturas de personas expertas que me merecen confianza. Luego te mando algunas.

El caso es que soy una traidora para unos y para otros, porque con lo que me siento más identificada en este momento es con el federalismo, que no es ni el independentismo de unos ni el unionismo españolista de otros.

Te habla, pues, una traidora. Una equidistante, que dirían algunas personas, a veces incorporando el objetivo de cobarde.

Tengo buenos amigos y amigas en casi todos los partidos políticos y en casi todos los posicionamientos respecto a Cataluña. Gente maja y comprometida, que cree en la bondad de sus ideas y que las defiende como mejor sabe. Pienso que las personas siempre son más flexibles y eclécticas que las ideologías. Por eso no voy a abandonar nunca la convicción de que ha de ser posible encontrar algún sendero común, aunque sea estrecho y corto.

Entre los independentistas yo percibo tres sectores, ¡aunque recuerda que no soy analista y lo que te cuento no tiene ningún rigor científico!:

Hay independentistas pragmáticos, como mi pareja. Algunos de ellos tal vez años atrás no lo fueran, pero el ataque sistemático a la autonomía de Cataluña les ha convertido en independentistas, que no nacionalistas. Son los que me dicen que España no tiene remedio y que mejor nos largamos cuanto antes de este barco. No se creen superiores a los españoles, incluso algunos dicen que serían federalistas si eso fuera posible, pero que está demostrado que es imposible.  Son pacifistas y quieren negociar. Querrían un referéndum pactado. Con esta gente puedes hablar y discrepar con tranquilidad. Respetan y se hacen respetar.

Hay independentistas utópicos, aquellos que persiguen la utopía disponible, según la inspirada imagen de la socióloga Marina Subirats. Son como exploradores a la búsqueda de su Ítaca, emocionados con la perspectiva de construir un país nuevo, donde todo será mejor, habrá paz, prosperidad, justicia social, integración de la inmigración… Están desengañados de las otras utopías que han ido fracasando. Amantes de las coreografías simbólicas y pacifistas. Con esta gente puedes hablar y también discrepar, pero sobre todo puedes cantar, soñar y subir montañas.

Hay independentistas hooligans, que son los menos, aunque hacen mucho ruido. Están permanentemente cabreados, agraviados e indignados y han convertido la independencia de Cataluña en una causa que merece cualquier sacrificio. Justifican por ello recurrir a la violencia, ni que sea como último recurso. Son los que se sienten profundamente diferentes a los españoles y se remontan a la historia como argumento básico -eso cuando argumentan- para justificar su posicionamiento. La verdad es que es muy difícil hablar con ellos. En las redes sociales son muy activos y descalifican -en el mejor de los casos- o despedazan -en el peor- a toda persona que no comparta sus ideas. Confieso que en alguna ocasión se me han saltado las lágrimas al leer según que tweets, por la agresividad desconcertante que destilan.

Esto te lo cuento en plan esquemático, porque muchas personas tienen un poco de aquí y otro poco de allí, lo cual también es visible en la composición de los partidos políticos. Por no mencionar a aquella troupe de vandálicos que en absoluto son independentistas, sino simplemente amantes irracionales de cualquier follón donde puedan descargar una rabia difícil de interpretar incluso por ellos mismos. Pero se mezclan, provocan y confunden.

Dicho esto, la catalanofobia efectivamente existe, pero yo, que llevo quince años pateándome las Españas, la he percibido más que nada en determinados dirigentes de partidos políticos y en los medios de comunicación estatales. No en la buena gente con la que trabajo en todas las Comunidades Autónomas. ¡Suerte que tienes!, dicen algunos. Tal vez. Pero nunca he notado desprecio y odio entre esta buena gente. Sí preocupación, desinformación, desconcierto y el deseo de por favor, no os vayáis.

Por todo esto, me siento cerca de personas (y te mezclo periodistas, filósofos, sociólogos, artistas…) como Josep Ramoneda, Andreu Buenafuente, Joan Coscubiela, Julia Otero, Joan Manuel Serrat, Josep Maria Pou, Manuela Carmena, Joan Subirats, Jordi Évole, Lola García, Daniel Innerarity, Gran Wyoming, Albert Solé, Antoni Puigverd… Son dispares, no piensan todos exactamente lo mismo, pero a todos ellos y ellas me los imagino sentados en una mesa con quien sea dispuestos a respetar, dialogar y negociar. Por este orden. Sin la frivolidad de jugar al póker e ir de farol. Y con la prioridad de la justicia social, los derechos humanos y la consolidación del estado del bienestar.

¿Qué quieres que te diga? No me basta aspirar a la igualdad y a la libertad. Necesito también la fraternidad. Por eso soy federalista. Creo que las identidades diferentes, que las hay y nos enriquecen a todos, no justifican levantar ni barreras ni fronteras entre personas y que podemos convivir en un mismo Estado organizado de forma federal.

Algunos me dicen que eso es imposible, pero claro, parece que también es imposible frenar el cambio climático… y no por eso voy a dejar de reciclar, o intentar gastar menos energía, o pensar dos veces los productos que compro.

Creo en el federalismo, como concreción política del pluralismo y la fraternidad. No me imagino una democracia sin pluralismo y sin fraternidad.

Finalmente, te dejo algunos artículos de personas expertas para comprender mejor el problema. Eso sí, considera que es una selección sólo con mis ojos. Por favor, ¡busca también otras miradas!.

https://www.eldiario.es/escolar/golpe-secesion-violencia-organizada-rebelion_6_952664746.html

https://www.eldiario.es/tribunaabierta/autoritarismo-disimulado-Sentencia-historica_6_953014706.html

https://www.elperiodico.com/es/opinion/20191014/editorial-sentencia-juicio-proces-7682158

https://www.elperiodico.com/es/opinion/20191014/articulo-jordi-nieva-fenoll-justicia-salomonica-sentencia-juicio-proces-tribunal-supremo-7682230

https://ctxt.es/es/20191009/Firmas/28907/sentencia-proces-sedicion-derechos-civiles-protesta-jose-luis-marti-supremo.

https://www.eldiario.es/catalunya/independentismo-pierde-control-movilizacion-calle_0_953655166.html

https://www.eldiario.es/zonacritica/Urge-salida-aguas-putrefactas_6_953714628.html

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