Hacía un frío pelón en Portugalete el 18 de diciembre del 2008, pero el puñado de vascos, el puñado de catalanes y la cucharadita de madrileños que nos reunimos allí nos sentíamos calurosamente acogidos.

Nuestra intención primordial era saber qué estábamos haciendo cada grupo con eso del aprendizaje-servicio, cómo lo habíamos descubierto, qué sabíamos, que no sabíamos y qué podíamos compartir entre todos. Fue muy formativo. Estábamos explorando.

Santiago Pérez, el chico de la derecha con la bufanda al cuello, que entonces era concejal de Juventud y Voluntariado y Roberto Flores, el que está en medio con los brazos cruzados, director de EDEX Kolektiboa, asumieron la responsabilidad de reunirnos, comernos, cenarnos y alojarnos y les gustó tanto el resultado que repitieron la historia durante tres años más, hasta que dijimos bueno, esto es estupendo pero quizá que basta, que ahora ya toca en otra ciudad. Nunca agradeceremos lo bastante a Santi y a Roberto su actitud abierta y generosa.

A partir de entonces, cada encuentro sumaba grupos de más territorios, hasta llegar a las 17 Comunidades Autónomas que somos hoy. Encontrarnos una vez al año tenía sentido, nos alimentaba y motivaba. Nunca perdimos el tiempo.

Fue el embrión de la actual Red Española de Aprendizaje-Servicio. Poco a poco los encuentros fueron abriéndose a la ciudad donde se desarrollaban, ya no eran sólo seminarios internos de los grupos impulsores del ApS.

El gran salto lo dimos al incorporar los Premios y aliarnos con otras organizaciones –Edebé y Educo– y con los municipios para organizar lo que ya eran encuentros estatales de trescientas y cuatrocientas personas.

Pero aquellos que estamos comprometidos en desarrollar el ApS en nuestros territorios continuamos sintiendo la necesidad de formarnos. Y ya no se trata de una formación conceptual, una formación para docentes, sino que incorpora estrategias de difusión, de trabajo en red, de consolidación de los proyectos…

Once años separan las dos fotos de esta entrada. En la segunda, cual Arca de Noé, 43 personas (dos o tres ejemplares de cada especie), miembros de los grupos promotores de las 17 CCAA disfrutamos el pasado fin de semana un inolvidable seminario en Alcalá de Henares.

Hemos comprobado hasta qué punto hemos avanzado. La historia nos ha aportado experiencia, aciertos y errores, reflexión, oportunidades… toda una riqueza para compartir en nuestra tarea de impulsores.

Y, sin embargo, yo siento que lo más sorprendente es la sintonía personal, el invisible pegamento que nos une, ligero pero permanente. No sé bien bien lo que es. Creo que se llama empatía, conexión e ilusión de estar juntos.

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