Intenso primer día de trabajo en el 2º Encuentro Internacional de Líderes Educativos organizado por la editorial Norma para directivos de colegios colombianos.

Disfruté mucho con Luz H. Godina y con Alejandra Pellicer, las dos ponentes mexicanas que condujeron los talleres de la mañana y de la tarde.

Con Luz reflexionamos sobre el liderazgo educativo en el siglo XXI y con Alejandra acarca de la educación situada (“el aprendizaje en el contexto”). Ambas, además, enfocaron el tema de las comunidades profesionales de práctica referidas a los equipos docentes.

Me llevo un montón de buenas ideas para degustarlas con calma. Aquí una lista esquemática de algunas de ellas:

1. La comunidad profesional de práctica es el mecanismo natural de promoción profesional docente y trasciende el simple y necesario trabajo en equipo de los docentes.

2. Una frase de Rosalyn Carter: Un líder lleva a las personas a dónde querían ir. Un gran líder lleva a las personas a dónde no necesariamente querían ir, pero merecían llegar. Dicho pronto y mal: ¡no siempre se gana el concurso de popularidad!

3. La intelectualización no es pasiva. Requiere una gran actividad mental. En la pedagogía y la innovación educativas tenemos el riesgo de identificar como actividad sólo lo que se hace con las manos y con el movimiento.

4. En el aprendizaje significativo tan válido es el contexto de prácticas sociales como el contexto de intelectualización. En el primero, los alumnos aplican lo que aprenden y en el segundo reflexionan sobre el sentido y el alcance de lo que estudian. Dependiendo de la situación, lo más adecuado será optar por un enfoque u otro, aparte de que los proyectos pueden evolucionar y transitar, claro.

5. No es lo mismo colaborar que cooperar: En el trabajo en equipo, enfocado como cooperación, “cada uno asume y aporta su parte”. Está bien, pero tiene el riesgo de que ninguno o sólo unos pocos entiendan el contexto global. En el enfoque de la colaboración es imprescindible una reflexión conjunta por parte de todos, acerca del problema que hay que resolver, condición previa antes de repartirse las tareas y a fin de que, aunque luego cada uno haga lo que le toca hacer, nadie pierda la visión de conjunto.

Estas aportaciones y muchas más me alimentaron durante el día y para cerebrarlo, un montón de iguanas perezosas e indiferentes se cruzaron por mi camino durante el breve paseo entre talleres. Pero bueno, no voy a ser injusta con ellas… ¡tal vez tenían en ese momento una gran actividad mental!

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