A veces me preguntan cosas raras en los talleres y cursos. Por ejemplo Ah, pero, ¿el aprendizaje cooperativo puede ser también aprendizaje-servicio? Sustituye “aprendizaje cooperativo” por cualquier otra cosa, por ejemplo, método de proyectos, o el aprendizaje basado en problemas…

Si me pongo gastronómica (que me pongo a menudo) expongo el caso del plátano que puede ser varias cosas al mismo tiempo según quien lo esté mirando. Un dietista tal vez lo mire como fuente de potasio. Un niño, como su fruta preferida. Un comerciante, como una fruta tropical que viene de Canarias o de más lejos. Y sigue siendo un plátano, o sea, muchas cosas al mismo tiempo. El plátano cuántico.

Con las metodologías educativas actuales creo que pasa lo mismo. Muchas son compatibles y no entran en contradicción. Aplicar una no sólo no te impide aplicar la otra, sino que probablemente en la misma actividad apliques las dos a la vez.

Por eso aproveché una pregunta -¡esta no era rara!- que me hizo el otro día la Gaceta Extremeña de la Educación para intentar explicarlo. Aquí van la pregunta y la respuesta:

Pregunta: La metodología a la hora de enseñar es muy importante. Según usted ¿cuál o cuáles debería emplear y poner en práctica todo docente?

Respuesta: Muchas metodologías educativas no solo no son incompatibles, sino que son complementarias y mucho más valiosas cuando se mezclan y se hibridan. No hay que caer en fundamentalismos, todo puede tener su sentido y su momento. El aprendizaje cooperativo, el aprendizaje basado en problemas, el método de proyectos, el aprendizaje-servicio, la ‘gamificación’… son metodologías basadas en otorgar un papel activo y protagonista al alumnado y no deben faltar en la práctica docente.

Pero yo no renunciaría a mezclarlas en un momento dado con otras maneras de hacer más convencionales. Por ejemplo, escuchar calladitos y atendiendo una conferencia de una persona refugiada que comparte su testimonio de vida; aprender de memoria aquello que tenga sentido saberse de memoria; la lectura silenciosa; las exposiciones individuales orales y en público…

Por otro lado, el docente debe tener presente que la herramienta más valiosa es él mismo y la relación que establece con el alumno, por encima del uso de cualquier herramienta didáctica. En este sentido, un profesor tradicional como el que refleja la película ‘El profesor Lazhar’, es un excelente profesor, aunque no utilice lo que se llamarían metodologías innovadoras.

Finalmente, creo que la gran maestra es la naturaleza y la tenemos olvidada. Demasiado sedentarismo, demasiada aula cerrada, demasiado consumo de pantallas… va en detrimento de aprovechar la sabiduría que nos ofrece la naturaleza a poco que nos atrevamos a explorarla.

Aquí tienes la entrevista entera: Para aprender de una manera eficaz hay que sentirse emocionado y comprometido:

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