Hoy el titular de La Vanguardia resalta esta frase de Kaylash Satyarthi en la entrega del Nobel de la Paz, compartido con Malala Yousafzai: ¡Globalicemos la compasión!
Me llama la atención la palabra compasión, tan denostada por los discursos pedagógicamente correctos, en los que suena a caridad casposa, a superioridad condescendiente, a paternalismo rancio…
¡Bien diferente de la molona empatía, a la que todo el mundo se apunta! Pero yo creo en la compasión. En definitiva, la empatía la puedes sentir hacia quien está feliz y satisfecho. Pero la compasión sólo hacia quien sufre.
Tal vez la compasión sea, precisamente, la empatía con aquel que se encuentra en dificultades, no lo sé. ¿Compasión no quiere decir “paceder con”?
Pienso que sin compasión previa no hay deseo de justicia. El verdadero coraje contemporáneo es la compasión, decía Adela Cortina ya en el 2007.
Lástima que, como tantas otras bellas palabras (austeridad, por ejemplo), compasión fue secuestrada y arrinconada en el desván donde, figuradamente, yacen los vocablos que ya no pueden pronunciarse sin traicionarse a sí mismos.
Creo que una de las mejores expresiones audiovisuales de la compasión la consiguió hace algunos años este anuncio publicitario de la Cruz Roja, el que muchos recordaremos como “el anuncio del chupete”.
Quizás porque llevo varios años en contacto con monjes tibetanos que son la mitad de un proyecto de educación emocional para el desarrollo en el que participo muy muy activamente para la ONG Estrella de la Mañana, esa palabra renació para mi hace unos cuantos años. Quizás también leyendo sobre psicología positiva, inteligencia emocional…Lo más difícil al principio, y lo más satisfactorio, ha sido practicarlo. Creo que va más allá de sufrir con, creo que tiene que ver con ver más allá de los comportamientos dañinos de algunas personas, y perdonarlos aunque nos hierva la sangre. Tiene que ver con mirar de otr forma. Con poner el foco en la persona que sufre, más allá de en la persona que nos causa problemas. A veces es difícil, si te están haciendo daño. Si lo consigues sientes una ligereza que no se olvida.
En un todo de acuerdo desde la propia experiencia vital donde trato de perseverar en un modo de vida y de comunicación consciente, compasivo y no violento, clave para la construcción de una convivencia realmente inclusiva.
Siempre admirando tu capacidad de lectura y análisis!
Abrazo desde el sur del sur!