Al mejor consejo para los jóvenes que no encuentran trabajo le puse ayer la banda sonora de The Gospel Viu Choir.

Fue un concierto non-stop en el teatro Kursaal de Manresa, a beneficio de JAL.

Quizá me inspiraron los dos días de visita a mi hija, que está trabajando en el equipo sanitario de la estación de esquí de Cerler, en el Pirineo Aragonés.

Hace un año y medio se quedó sin trabajo. Desde que acabó la carrera no había parado de trabajar. Trabajo eventual, de guardias, sustituciones, cubriendo excedencias, etcétera. La normal precariedad de muchas enfermeras.

Pero en septiembre del 2011, finish. Los recortes sanitarios dejaron en la calle a un número apreciable de profesionales de la salud. Como ella, muchas de sus amistades… y de las nuestras. Dos opciones:

Lamentarse, esperar o, como mucho, ir enviando currículums sin demasiadas esperanzas, mientras te hundes en la tristeza, que es el mejor alimento para no salir del pozo.

O bien no pararse, arremangarse, espabilarse, estudiar algo que te atrae, trabajar de cualquier otra cosa -siempre que no pierdas el norte de tu profesión-, incluso trabajar gratis por algo que valga la pena.

Sí, trabajar gratis, como voluntario, como militante, como apasionado, como amateur… ¿qué pasa? La razón social para hacerlo es que no es posible cobrar todo el trabajo y todo el esfuerzo que es necesario en este mundo.

Pero la razón personal es que cuando uno se alista a una causa lo que gana no se cuenta en euros. Gana autoestima, confianza, práctica de habilidades sociales, apertura de nuevos horizontes, nuevos contactos y relaciones… Un poco de luz.

TGV (The Gospel Viu Choir) muestra como 70 amigos se ilusionan con un proyecto y lo transmiten, consiguiendo un alto nivel de creatividad y de calidad. Queda demostrado que con ilusión se pueden hacer las cosas, dice su director, Moisés Sala.

Si te has quedado sin trabajo y crees que estás dentro de un pozo, no te pares: deja entrar el sol, let the sunshine in. TGV te echa una mano.