Todo regalo verdadero es recíproco… Dar y recibir son lo mismo.
Esta cita de Jorge Luis Borges ilustraba esta mañana, en la inauguración del 13º Seminario Internacional de Aprendizaje y Servicio Solidario, el enfoque participativo de la educación solidaria en Argentina.
Las prácticas solidarias ofrecen a los chicos y chicas oportunidades de aprendizaje, relaciones, apertura al mundo. Todo eso es lo que los jóvenes obtienen a cambio. Claro que “dan”, pero también “reciben”. No hay lugar para el asistencialismo o el paternalismo.
Recientemente el Ministerio de Educación argentino decidió incorporar proyectos de aprendizaje-servicio como práctica obligatoria en el currículum de Secundaria, después de muchos años de desarrollo prestigioso, pero no obligatorio.
A modo de ejemplo, en los últimos 10 años se documentaron 25.672 proyectos impulsados por 15.000 instituciones educativas de todos los niveles. Sin ninguna obligación.
Por ello, como señalaba María Nieves Tapia, esta nueva normativa, siendo un paso adelante, presenta algunos desafíos:
¿Cómo hacer que la obligatoriedad no disminuya el voluntariado? ¿Cómo hacer que la institucionalización no ahogue la militancia? ¿Cómo pueden percibirla los docentes en clave de oportunidad?
Alguna vez que en España hemos discutido sobre la conveniencia o no de la obligatoriedad, hemos constatado que es más una preocupación de los educadores que de los chicos y chicas.
Porque, como decía María Nieves, todos los chicos y chicas tienen algo que ofrecer. ¡Y están deseando que alguien se lo crea!.
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