Lo que vosotros tenéis es una fábrica de cariño, le dijo Pericles a Faustino, refiriéndose a la UTE.

Estábamos en Avilés (Asturias), en la reunión semestral de los emprendedores sociales de Ashoka.

Llovía a cántaros como toda la semana,  y acabábamos de visitar la Unidad Terapéutica y Educativa (UTE) del Centro Penitenciario de Villabona.

Después de ver las instalaciones y los talleres de electricidad, informática y carpintería, pasamos dos horas con un grupo de 30 internos. El diálogo con ellos  fue de una profundidad sorprendente.

Es increíble lo que han conseguido la ruptura con la cultura carcelaria y el acento en la educación emocional. La lucidez y madurez que muestran las personas atendidas por la UTE están muy por encima de la media.

Lo que me llamó más la atención fué su reconocimiento de la necesidad afectiva de los demás; su capacidad para reconocer los errores, diferenciando culpabilidad y responsabilidad; y su insólita elocuencia: no sólo impactaba lo que decían, sino cómo lo decían.

Tenéis una capacidad extraordinaria para ayudar a los demás, les dije. Un potencial que revierten también hacia los jóvenes: una vez a la semana reciben la visita de chicos y chicas de un instituto y de vez en cuando, representan una obra de teatro para ellos.

Son auténticos proyectos de aprendizaje-servicio, en los que pueden ejercer las habilidades y capacidades que se adquieren en la UTE, hablando a los adolescentes desde el corazón, para prevenir los riesgos, para que no se abandonen, ni se traicionen. Que no hagan daño a nadie, ni se hagan daño a sí mismos.

¿Os habéis fijado? -observaba Vickisólo ha salido el sol el rato que estábamos con los internos en la UTE.

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