Que un programa de educación para la salud dure 25 años hoy parece una heroicidad.

Es el caso de La Aventura de la Vida, que lo celebró este martes en Portugalete, con buena parte de sus organizaciones impulsoras en España y Latinoamérica.

Frente a la frivolidad de considerar que cualquier iniciativa educativa o social que dure más de cuatro años ya está caduca, hay que felicitar al equipo de EDEX por su obstinación en consolidar el programa.

No hay que confundir estabilidad con estancamiento, por eso el programa ha ido evolucionando en contenidos, formatos, estrategias, diseño gráfico… ¡Cuando uno está dispuesto a cambiar es cuando logra permanecer!

El secreto del éxito en este caso es bastante simple: el programa se mantiene porque funciona. Todo el mundo le encuentra su “punto”, su encanto, su manera de aprovecharlo…

Hacer funcionar las cosas -que no “hacerlas figurar”- significa que detrás de ellas hay personas obstinadas, que no se dan por vencidas, que no vacilan delante de los fundamentalistas del borrón y cuenta nueva, de aquellos convencidos de que cualquier espejismo nuevo es mejor que cualquier realidad.

Obstinación para no abandonar al primer traspiés; flexibilidad para adaptarse sin manías; compromiso en el buen funcionamiento: tres claves de La Aventura de la Vida en las que nos podemos inspirar para mantener nuestros proyectos.

 

 

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