Participar es bastante más difícil de lo que parece. Demasiado frecuentemente se confunde con opinar, criticar y querer decidir… sin necesidad de arremangarse y esforzarse en hacer algo.
El estudiante llamativo que interpela, que discrepa y que da la nota puede que sea creativo e implicado, pero con cierta frecuencia lo que tiene es un ego que se lo pisa.
Y sin embargo, a veces pasa por “muy participativo”, en detrimento del estudiante más reflexivo o tímido. Ostras, ¡qué fácil sería participar si sólo fuera cuestión de hablar!
Participar requiere pensamiento crítico, pero eso no es suficiente si una no se levanta del sofá, vence la pereza y se pone a la labor de cambiar las cosas. Nada fácil cuando lo que seduce es la ley de la comodidad…
Por eso tiene mérito que la iniciativa Creando Futuro, de la Red Asociativa Ras haya cumplido 10 años. Su cometido es promover la educación para la participación juvenil.
Sin embargo, está creando presente en la medida en que reta a los jóvenes para que sean ciudadanos activos ya mismo, capaces de provocar cambios en el entorno, arriegándose a abandonar la cálida zona de confort.
Ahora están en plena campaña de crowdfunding para poder publicar los materiales que recogen su experiencia a lo largo de estos 10 años. Creo que vale la pena apostar por ello.
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