¡Cuántas veces, en los últimos meses, he pensado en esta viñeta de Mafalda!:

Si él dijera que es buena, aquí dirían que es mala y la prohibirían. ¿Por qué ese cretino de Fidel Castro no dice que la sopa es buena?

Y es que, por principio, si tu adversario político afirma una cosa, por pequeña que sea, tú tienes que estar en contra, porque todo lo que viene del adversario tiene que ser rechazado.

Recuerdo una vez, con una buena amiga, que al discutir sobre un tema en el que no estábamos de acuerdo, su argumento definitivo era Hitler decía lo mismo que tú. Bueno, me dolió que no pudiera rebatir con otros argumentos lo que yo sostenía. Que su manera de llevar razón fuera descalificarme.

Vamos a ver, imagínate que la señora Díaz Ayuso, con la que yo no tengo absolutamente nada que ver y, además, no le guardo ninguna simpatía, dijera la obviedad de que la tierra es redonda. ¿Justificaría eso que yo me convirtiera inmediatamente en terraplanista? ¿Tendría que reforzar mi rechazo a lo que dice esta señora contradiciendo una afirmación científica evidente? ¡Atención, que estoy hablando en una hipótesis casi de ciencia ficción!

¿Toda la gente de la cual me considero en las antípodas se equivoca siempre? ¿Siempre?

Hace pocos días, Trump firmó un decreto para prohibir que las atletas trans no pudieran competir en las categorías femeninas.  ¿Pues sabes qué? Resulta que yo estoy de acuerdo en esta prohibición. Y la razón es que me parece del todo injusto que atletas que biológicamente son hombres compitan con atletas que biológicamente son mujeres. Para mí es un tema de estricta justicia, en razón a las diferencias biológicas de las que la ciencia tiene suficientes evidencias.

Lo que me da rabia -bueno, entre rabia y pena- es que  determinadas personas de la izquierda, de las que me siento muy cercana, callen, otorguen o, incluso, sostengan, este sinsentido que acaba perjudicando a las mujeres.

Y lo que me parecería ya el colmo sería que para rebatir lo que sostengo, el argumento fuera “piensas como Trump”. No, por favor, evitemos las descalificaciones ad hominem y aportemos argumentos de verdad.

Sin ir más lejos, Esteban González Pons, político del Partido Popular, llamó a Trump “macho alfa en una manada de gorilas“. Resulta que también comparto esta metáfora, aunque políticamente me sitúe bastante lejos de González Pons. ¡Si hasta me hace ilusión coincidir en algo con él, aunque sea en una ocurrencia como ésta!

Dejando aparte el sentido del humor, y centrándome en el desastre Trump, creo que hay mucha verdad en el Manifiesto de George Lakoff acerca de Cómo mantener viva la democracia. Es una hoja de ruta mental para no desfallecer: ¡El optimismo y el espíritu importan!

 

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