Hoy hemos empezado la serie de los siete picos que aspiramos ascender este agosto. El primero, aprovechando nuestra semanita de abuelos intensivos, el Montlude, en el Valle de Arán.

Se trata de un pico relativamente modesto, de 2.517 m, situado en medio de tres valles: el de la Garona, el de Torán y el de Varradós, con lo que tiene una vista extraordinaria.

Uno de los retos ha sido escoger bien el punto de partida y asegurarnos que la aproximación en coche era factible cuando no se tiene un 4×4, como es nuestro caso. Después de estudiar diversas posibilidades, nos hemos inclinado por partir no de Vilamós, como indican bastantes reseñas, sino tomar una pista que sale cerca de la Bassa de Arres y rodeando la Montaña de Uishera se dirige hacia el punto clave, que es la Passada (Paso) de Simonet.

La pista es preciosa. Atraviesa pinares de pino rojo, con unas vistas ya estupendas del macizo de la Maladeta. Está festoneada de helechos y nos ha ofrecido el regalo inesperado de un urogallo casi en medio del camino. ¡Nunca habíamos visto uno!

Hemos dejado el coche a las 09:50, a unos 2.000 m., justo antes de las lazadas en amplios zig-zag que conducen al paso, que hemos alcanzado a las 10:15. Con un todo-terreno se podría llegar perfectamente.

En la esplanada del paso o collado vemos unas canalizaciones de agua. De aquí sale visible el sendero que sube al Montlude, el cual ya se ve enfrente, herboso y pelado.

El camino (poco más que una traza de ganado) nos lleva al Estany Redon de Montlude dejando a la izquierda, bastantes metros debajo, el Estany Long de Vilamós. En el mapa Alpina el itinerario está marcado bordeando este lago por laizquierda, cosa que nosotros no hacemos.

El desnivel se va dejando notar… ¡suerte que el aire es fresquito! Al poco aparecen unas estacas que nos marcarán el camino hasta la cima. A las 10:50 llegamos a otro colladito, el Coll de l’Estany, con otro laguito o balsa más abajo.Eel sendero cambia de dirección y a las 11:10 pasamos cerca de un indicador que marca otro itinerario de subida al Montlude, el PR114, que viene de Canejan.

A las 11:27 llegamos al collado que está justo debajo de la cima y la coronamos a las 11:48 (prácticamente 2 horas de subida para cubrir 517 m. de desnivel, contando las mínimas y biológicas paraditas de rigor).  Hay un vértice geodésico, una cruz, un hito en forma de menhir… y una vista extraordinaria, no sólo sobre el Aneto, sino sobre otros viejos y queridos amigos:  el Posets, el Perdiguero, el Molieres, el Montarto, el Mauberme…

Sopla un vientecillo fresco que se agradece mucho y que aleja las abejas, abejorros y bichitos similares. Después de comernos medio bocadillo, abandonamos el pico a las 12:30 y deshacemos el camino, llegando de vuelta al coche a las 13:45. ¡Ahora sí que hace mucho calor! A 2000 m. estábamos a 27 grados, y la temperatura ha ido aumentando  a medida que nos acercábamos al valle de la Garona, dónde pasa la carretera general y donde el termómetro rozaba los 35 grados…

 

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