Muchísimas gracias por permitirme compartir mis reflexiones en este momento de clausura del Seminario.
Estas reflexiones están atravesadas por algunos pensamientos contenidos en el libro: Dignos de ser humanos. Una nueva perspectiva histórica de la humanidad, de Rutger Bregman. He encontrado en esta obra una fuente de inspiración que ilumina la fortaleza del aprendizaje-servicio.
El aprendizaje-servicio nos empodera frente a los grandes retos a los que nos enfrentamos: el cambio climático, la desigualdad, la cultura del odio… Nos saca de las trincheras del individualismo y del cinismo.
Como nos compartía María Nieves Tapia, el aprendizaje-servicio involucra “los pies”, no sólo las manos. Nos empuja a salir de la zona de confort, a salir del egocentrismo.
El aprendizaje-servicio nos alienta a hablar del nosotros y a crecer en la confianza. Y eso ¡lo necesitamos tanto!
Necesitamos alimentar la confianza, porque hoy la tentación del pesimismo es enorme y sólo nos conduce a la desmovilización, a pensar que todo está perdido, que el mundo se precipita hacia el desastre, hacia el espectáculo del derrumbe, como decía María Nieves… y que homo homini lupus: los seres humanos somos los causantes de todas las tragedias.
Sin embargo, como afirma Bregman, esto no es cierto: la mayoría de la gente es buena gente. Creer en la bondad humana no es señal de debilidad ni de ingenuidad: quien cree en la paz y en el perdón es valiente y realista.
Cierto que el mal es muy fuerte, pero el bien es más abundante. El bien vence al mal superándolo en número. Un número creciente de “jardineros”, como citaba Jorge Sanmartín, ocupados en cuidar este jardín de gente que es nuestro mundo.
Desmontemos pues algunos mitos entorno al aprendizaje-servicio y a las personas que lo practicamos:
En primer lugar, no somos pocos. No somos poca gente, escogida y rara, no somos una élite de seres de luz iluminados: Como recordaba Daniela Gargantini, somos muchos y cada vez somos más. Y el efecto se multiplica porque cada proyecto de aprendizaje-servicio es como una piedra en un estanque, con ondulaciones que se extienden por todas partes.
Tal vez estamos dejando de ser ese “movimiento global invisible” del que hablaba María Nieves.
No olvidemos que el aprendizaje-servicio ha crecido porque no hemos sido ni vamos a ser talibanes o fundamentalistas del tema.
Ha crecido, porque como decía Esteban Mena, “las cosas buenas se copian” y ¡somos una comunidad de copiones!
Ha crecido, porque, como decía Andrew Furco, hemos atendido también a lo intangible, no sólo a lo que se puede ver, tocar y medir.
Ha crecido porque no hemos tenido miedo a perder el control, a pasar de copyright, como afirmaba esta tarde Alberto Croce.
En segundo lugar, no estamos solos. Desde otros ámbitos que no son estrictamente educativos se levantan voces y manos a las que unirnos: organizaciones de la sociedad civil, movimientos populares, movimientos obreros, activistas, Administraciones Públicas locales, nacionales, internacionales…
El documento elaborado por la UNESCO, Reimaginar juntos nuestros futuros, que nos comentó María Nieves es una buena muestra de ello: puede ser ya una nueva fuente de inspiración para nosotros y nos empuja a un nuevo contrato social.
En tercer lugar, no estamos experimentando innovaciones metodológicas, porque el aprendizaje-servicio no es sólo una metodología, sino también una filosofía orientada al bien común y una estrategia de desarrollo comunitario. Como afirmaba Alejandro Gimelli, no hemos escogido el aprendizaje-servicio como opción metodológica, sino como opción educativa. Juan Carlos Tedesco nos recordaba en el vídeo inaugural que el aprendizaje-servicio no es sólo un proyecto educativo, sino un proyecto de sociedad.
En cuarto lugar, no nacimos ayer. Por el contrario, empezamos a ser mayores, a ser longevos. No sólo porque las prácticas solidarias tienen ya una larga historia en muchos países, sino por las personas que estamos hoy aquí celebrando los 20 años de CLAYSS y los 25 años de seminario y de políticas públicas de impulso al aprendizaje-servicio.
El 20 aniversario de CLAYSS me ha evocado una de las primeras y mejores canciones de Joan Manuel Serrat, cantautor catalán creo que bien conocido en Latinoamérica. Se trata de Ara que tinc vint anys (Ahora que tengo veinte años):
Ara que tinc vint anys,
ara que encara tinc força,
que no tinc l’ànima morta
i em sento bullir la sang.
Ara que em sento capaç
de cantar si un altre canta,
avui que encara tinc veu
i encara puc creure en déus…
La historia de la pedagogía del siglo XXI recogerá sin duda el aporte del ApS, del enfoque liberador latinoamericano y de la enorme capacidad contagiadora y multiplicadora de CLAYSS y del Seminario.
CLAYSS ha convertido estos encuentros en una comunidad global donde cada país se ha apropiado del aprendizaje-servicio a su manera, y disfrutamos compartiendo y creciendo juntos. Como valoraba Riju Sharma esta mañana, “más global que esto es imposible”.
Pero déjenme acabar confesando algo más personal:
Creo que fue el 2004 mi primera visita al Seminario. Y esa visita me cambió la vida. Me identifico totalmente con Bojana Culum cuando dijo que sentía “como si le hubiera crecido otro yo”.
Vuestra fibra ética, energía, determinación, perseverancia y optimismo -a pesar de la situación de crisis que parecía sufrir permanente Argentina- arañaron mi corazón de manera indeleble. Por eso acudir a vuestros encuentros anuales se convirtió para mí en una necesidad vital.
No sólo formativa, que eso ya lo he contado hasta aburrir a las ovejas. También era y es una necesidad de alimentar mi felicidad personal. Egoísmo puro y duro. Tal cual.
Con vosotros conseguí la confianza y el valor suficiente para lanzarme sin paracaídas a la difusión del aprendizaje-servicio en España.
Con vosotras tuve la oportunidad de conocer y entablar amistad con personas extraordinarias no sólo de Argentina, sino también de México, Estados Unidos, Colombia, Chile, Uruguay, Perú, Ecuador…
Con vosotros he experimentado hasta qué punto es saludable y nutritivo acercarse a personas que desprenden bondad. Personas que son capaces de entregarse de lleno a una causa y al mismo tiempo reírse a carcajadas de cualquier tontería. Personas que son capaces, como decía Roberto González, de poner un ojo en el microscopio y un ojo en el telescopio.
Con vosotras me siento miembro de una comunidad auténticamente fraternal que no entiende de fronteras. Siento que compartimos mucho más de lo que decimos.
La verdad es que parece utópico, parece un sueño. Pero no podemos permitirnos el lujo de relajarnos, de dormirnos en los laureles. Así que ¡todo el mundo a entrenar!
Porque como afirma el atleta paralímpico español Rafa Botello, los sueños no se cumplen, los sueños se entrenan.
Gracias, CLAYSS, por entrenarnos con tanto amor, dedicación y paciencia durante todos estos años.
Gracias por tu generosidad, por tu ejemplo en este vivir la vida para mejorar el mundo. Siempre acogedora, “escuchante”, crítica, constructora…
Sonia
Qué grande Charo querida.
Seguiremos caminando con la esperanza de construir mejores mundos en comunidades fuertes.
Fantàstica Charo! Quina capacitat de síntesi ! Sense haver-hi estat m’ha entusiasmat! Gràcies per compartir-ho i fer possible. Com diu la bella i vella cançó xiruquera de l’Amistat: “Ben segur que es troba allò que es busca quan l’esforç és noble i és constant si la lluita se’ns fa més difícil obrirem camins cantant !” Gràcies!