Este 30 de septiembre es la fecha límite para presentar proyectos educativos a los Premios Aprendizaje-Servicio 2021.

Siempre puede haber argumentos para no presentar un proyecto educativo a un premio. Por ejemplo, porque una no es partidaria de cualquier cosa que suene a premio. O porque a una no le gusta quien lo promueve. O porque da perecilla ponerse a preparar el documento…

Puedo entender cada uno de estos argumentos, pero me gustaría exponer porqué yo creo que sí vale la pena. El orden de importancia varía según el caso:

  • Porque cualquier buen proyecto educativo merece difusión. Y los premios son una buena manera de darlo a conocer, de amplificarlo y compartirlo. Incluso si el proyecto finalmente no sale premiado, habrá circulado entre personas responsables de valorarlo y eso permite que el proyecto y el centro educativo o entidad social que lo impulsa sean apreciados desde otros contextos y puntos de vista.
  • Porque cuando se redacta el documento que se tiene que presentar, se repiensa el proyecto y se mejora su sistematización a fin de que sea inteligible lectores que no lo han vivido. Con ello, frecuentemente se acaban iluminando matices que podrían haber pasado desapercibidos de no haber hecho ese esfuerzo. Más de una ocasión me he encontrado con educadores que me han dicho: Ostras, cuando me he puesto a recopilar y a redactar me he dado cuenta de todo lo que hemos sido capaces con esta experiencia.
  • Porque todos necesitamos, al menos de vez en cuando, poner el foco en lo que sí funciona, en lo positivo, en las buenas noticias, ni que sea por higiene mental. Dedicamos demasiada energía a subrayar lo que no va bien, a denunciar los déficits, a lamentarnos -con razón- de lo mucho que cuesta cambiar las cosas. Creo que hay que compensar la frustración y la tristeza con algunas alegrías. Relatar una buena experiencia es afirmar que salió bien, que fue un éxito, aún cuando tenga aspectos a mejorar. ¡No renunciemos a estas pequeñas satisfacciones!

Pero bueno, estos argumentos se pueden invalidar si una no tiene confianza en quienes impulsan los premios. En el caso de los Premios Aprendizaje-Servicio, hay que decir que la Red Española de Aprendizaje-Servicio somos una asociación sin afán de lucro constituida exclusivamente por personas voluntarias. Nuestro interés no es otro que difundir en España el aprendizaje-servicio. Aspiramos a que los niños, niñas y jóvenes sean considerados ciudadanos activos capaces de desarrollar sus capacidades y su talento al servicio de su comunidad.

Llevamos ya siete ediciones: puesto que no podríamos sacar adelante los premios en solitario y, además, nos parece mejor tejer alianzas y trabajar en red,  estamos compartiendo esta iniciativa con la Fundación Edebé, tenemos el apoyo del Ministerio de Educación y la Formación Profesional y diversas entidades, empresas, instituciones y ayuntamientos están colaborando con nosotros desde hace años.

El 30 de septiembre se acaba la convocatoria del 2021 y vamos a repartir 22 premios diferentes. ¡Ojalá pudiéramos repartir más!

¿Te animas?

 

 

 

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