Frente a la crisis que estamos viviendo, ¿no habría que sumar voces y que se hiciera patente una visión común, donde pudieran coincidir sensibilidades diversas, unidas por la sensatez y ganas de avanzar hacia el bien común?

¿No necesitamos personas capaces de ponerse de acuerdo en cuatro cosas -no hace falta en todo- y elaborar algo que nos ilumine y nos anime a construir y gobernar un mundo alternativo mejor para todos? ¿Personas que no se distancien a la mínima discrepancia, capaces de aceptar el pluralismo y defenderlo?

Leí el Manifesto for post-neoliberal development: five policy strategies for the Netherlands after the Covid-19 crisis de los 170 académicos holandeses que plantean 5 estrategias políticas y pensé: esto está bien, pero necesitamos movilizar y unir a otros sectores, no sólo de la universidad, no sólo de Holanda, el mundo hace décadas que es pequeño y global…

Estuve hablando acerca de esta preocupación con algunas amistades, cuya trayectoria personal, política y profesional me merece un gran respeto y me expresaron su desconfianza en que fuera posible: Es más complicado de lo que parece, Tenemos demasiados gallos en el gallinero, etcétera.

Seguramente tienen razón, pero yo no me rindo. Y voy mirando con esperanza las iniciativas de unir fuerzas y de proponer soluciones que están surgiendo. Señalo algunas, de diferente envergadura:

El Manifiesto Unidad y solidaridad para ganar al COVID-19, impulsado por el movimiento Recortes Cero, que reúne 250 organizaciones, 150 personalidades y más de 10.000 personas, de diferentes tendencias ideológicas y políticas, que propone redistribuir la riqueza fortaleciiendo los servicios públicos y emprendiendo la reconstrucción económica con un modelo ecológico.

La publicación Que no haya sido en vano.  Guía de preguntas para construir otro mundo posible tras el Covid-19, donde 30 personas expertas en diferentes campos analizan la situación de un problema antes y durante la pandemia y proponen preguntas para plantearnos colectivamente hacia donde queremos avanzar. Ahora que hemos visto que sabemos gestionar una crisis, que las medidas de emergencia funcionan y que los ciudadanos somos perfectamente capaces de arrimar el hombro, es el momento de tratar cada crisis como tal. Es el momento de aprovechar lo aprendido y experimentado estas semanas para preparar la respuesta a la crisis climática. Antes de que sea demasiado tarde.

Internacional Progresista, un movimiento global para conectar, organizar y movilizar a fuerzas progresistas detrás de una visión común de un mundo diferente. Han contribuido a su lanzamiento personalidades como Katrín Jakobsdóttir, Noam Chomsky, Yanis Varoufakis, Naomi Klein y muchos otros. Parte de la convicción de que sólo un frente internacional común puede estar a la altura de la magnitud de nuestras crisis, recuperar nuestras instituciones y derrotar un nacionalismo autoritario creciente. Este vídeo expresa la filosofía del movimiento.

Sumamos y proponemos, que lo esencial deje de ser invisible. Esta campaña pretende difundir mensajes e iniciativas positivas que sostienen la vida y lo colectivo desde el apoyo mutuo, la solidaridad y la cooperación ciudadana, y para ello se propone conectar, generar vínculos y crear redes de apoyo entre personas y organizaciones que ante la situación de crisis ha optado por sumar, dialogar, imaginar, explorar, cooperar, proteger, cuidar y construir alternativas de un futuro igualitario, inclusivo y sostenible. La iniciativa es fruto de la alianza entre el Centro de Educación e Investigación para la Paz (CEIPAZ), Instituto de Derechos Humanos, Democracia, Cultura de Paz y No Violencia (DEMOSPAZ) y Liga Internacional de Mujeres por la Paz y la Libertad España (WILPF) y la Cátedra UNESCO en Educación para la Justicia Social.

Todas estas iniciativas respiran la voluntad de pasar del “yo” al “nosotros” y sumar voces y energía para construir otra cosa y construirla para todos, no para unos pocos. El mundo que tenemos ya no nos sirve.

 

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