A mi nieta y también a todas las nietecitas y nietecitos que habéis llegado al final de este año complicado, convulso y muchas otras cosas que empiezan con ce:
Aquí vengo yo con una serie de abueleces. Acostumbraos, porque tampoco es que los abuelos nos vayamos a morir enseguida: ¡nos vais a tener que aguantar un poco!:
Puede ser que acabéis viviendo un poco más austeramente que vuestra madre y vuestro padre, porque ellos también viven un poco más austeramente que los abuelos. Aunque podría ser que no.
Puede ser que la lluvia sea para vosotros la mejor de las noticias; que la nieve en el Pirineo sea pura nostalgia y celebración loca cuando caiga; que se cultive la viña a mil quinientos metros y dátiles a seiscientos. Aunque podría ser que no.
Puede ser que nuestra generación hayamos arruinado irreversiblemente el bosque, el mar, el campo, la vida salvaje, la agricultura decente. O tal vez todavía podamos hacer algo para no pasaros una herencia envenenada. En realidad no sé cuantificar el mal que hemos hecho a vuestro futuro.
Lo que tengo claro es que no quiero que viváis en el resentimiento y la desesperación, porque, aunque estaría absolutamente justificado, sólo acabaríais llenando el alma de dolor y no sanando nada.
Y tampoco quisiera que, pensando que no hay nada que hacer, os desentendáis de lo que pasa en este mundo y busquéis la felicidad sólo a cinco centímetros de vuestro ombligo.
Quisiera, como dice Pepe Mujica, que no traicionéis nunca al niño o niña que llevareis dentro, que le deis un rumbo a vuestra vida, porque si no se lo dais, el mercado se lo va a dar, y acabareis soñando que progresáis comprando cosas nuevas hasta que seais unos viejos inútiles… Vais a creer que progresar es cambiar la moto por un auto y el autito por un Audi.
Por favor, gastad una parte de vuestra vida al servicio de un poco de utopía. De intentar construir un país mejor, una sociedad mejor, para los que van a venir después de vosotros… Una decisión consciente que en alguna etapa de la vida hay que tomar.
Y además, vuestra abuela quiere que busquéis y encontréis la felicidad en las amistades, la familia, las aventuras, la música, la lectura, el cine, la naturaleza por deteriorada que esté, el trabajo que podáis desempeñar, el gusto por el conocimiento acerca de este planeta donde nos ha tocado vivir.
A pesar de todo, vale la pena.
Enhorabona, Roser!!
Vieuràs la satisfacció de ser àvia. Una abraçada
Y tanto que vale la pena! La VIDA es un regalo extraordinario
Ei! no sabia que havies sigut àvia. Felicitats en primer lloc. Jo malgrat haver-me de consolar essent àvia postissa, t he de dir que l energia que donen les tres petites quan venen a casa va tota ella a replantejar.me quin mon els vull deixar i fer petits canvis en el dia dia que ajudin una mica a millorar.lo. Una abraçada Roser!