Hace unas semanas, leí una entrevista muy inspiradora de Amador Fernández-Savater a José Ramón Ubieto y Marino Pérez Álvarez, autores de Niñ@s hiper: infancias hiperactivas, hipersexualizadas, hiperconectadas
En la entrevista, los autores alertan acerca del al régimen de lo hiper: rendimiento, consumo, resultados, al que están sometidos los chicos y chicas en nuestra sociedad neoliberal:
Este “régimen de intensidad” funciona como un sistema de fuga de uno mismo, de centrifugación, uno siempre está alterado, sin capacidad de pensar que es hablar consigo mismo en silencio. Ya no estamos en tiempos de un superego freudiano “represor”. El superego hoy parece decirnos “diviértete”, “sé feliz”. Este superego no es mejor, porque lleva también su tiranía: la tiranía de la “euforia perpetua”, la búsqueda de la felicidad y la centrifugación del yo. Al final, la vida real es como es y el principio del placer (euforia, diversión) paga su tributo al principio de la realidad en la forma de depresión, ansiedad, burnout, trastorno de déficit de atención, etc.
Considero especialmente preocupante la dificultad en tener paciencia y escuchar al otro. No sólo los niños y niñas, claro. Pero la ausencia casi permanente de momentos de silencio y de calma -aunque sea impuesta, aunque no apetezca, aunque de entrada no guste…- me parece especialmente dañina en ellos. Es necesario aprender a callar y escuchar. Sólo así podemos comprender y empatizar, abrirnos y compartir.
Muchos proyectos de aprendizaje-servicio no sólo ofrecen oportunidades de escuchar a otros, sino también posibilidades de concentrarse en hacer bien, meticulosamente, concentradamente, una tarea al servicio de los demás, aparcando las prisas, las satisfacciones inmediatas, los “pasapantallas” frenéticos.
A modo de ejemplo:
En el proyecto Llenando Escuelas, estudiantes de Formación Profesional de la Casa Escuela Santiago Uno (salamanca), se desplazan al Sur de Marruecos para empoderar a la población local, aplicando sus conocimientos en hostelería, fabricación, jardinería, soldadura, primeros auxilios, integración social, animación sociocultural, actividades deportivas… rehabilitando un recinto escolar e instaurando y abasteciendo un dispensario médico.
En el proyecto Nidos en la Rambleta, alumnado del Programa Formativo de Cualificación Básica Ordinario (PFCBO) del FPA Nuestra Sra. de la Misericordia en Valencia, diseñan, construyen e instalan cajas nido en un parque urbano, a fin de controlar la plaga de la galeruca, un insecto que afecta los olmos, en colaboración con la Asociación de Vecinos y Vecinas, Seo BirdLife, la Concejalía de Parques y Jardines y estudiantes de la UPV y la UV.
En el proyecto Estimulación cognitiva y acompañamiento a mayores, alumnado de Bachillerato del IES Arguineguín de Mogán, en Canarias, sumando alumnado de otros niveles, prepara materiales y desarrolla múltiples actividades de estimulación cognitiva (lúdicas, plásticas, manualidades, música, danza…) para personas mayores y con diversidad funcional del Centro para la Autonomía Personal, colaborando también con el Ayuntamiento de Mogán y la Cruz Roja.
Creo que realmente las prácticas de aprendizaje-servicio aportan también el valor y la audacia de cambiar la velocidad, porque no es posible llevarlas a cabo sin bajar las revoluciones, para reflexionar y encontrar sentido en la mirada del otro.
excelente articulo ya lo decía richard branson, escuchar es la herrmaienta de negocios mas fuerte que pueda tener, saludos Roser
Buenas tardes Roser:
Hola, investigando sobre autoformación, encontre tu blog
muy interesante el texto, y deja buenos aportes para pensarse la educación
desde otros enfoques. Por si algún día quiere pasar a leerme:
https://laeducacioncotidiana.blogspot.com/
Le deseo buenas tardes, un saludo desde Colombia.
Andrés Felipe Pérez Velasco