¿No te pasa que a veces se te engancha con cola una palabra, le vas dando vueltas y no la sueltas? Eso me pasó a mí este fin de semana con la palabra cuidadanía.
La aprendí de Joserra Orcasitas, uno de los cuarenta formadores entusiastas que nos reunimos para reflexionar, intercambiar y contaminarnos los unos a los otros en nuestro empeño de impulsar el aprendizaje-servicio.
Bicheando en internet fui a dar con Elogio de la Cuidadanía, un artículo del amigo Fernando de la Riva muy revelador, en el que encontré una buena definición:
La cuidadanía es la ciudadanía que reivindica y hace suya la cultura del cuidado, esa que las mujeres han practicado desde hace milenios y que estamos empezando a aprender con dificultad (y con muchas resistencias) los varones.
La cuidadanía afirma el valor de la diversidad y se sostiene en la empatía y la solidaridad. Su fundamento, su raíz, es la conciencia de la interdependencia, de que las personas nos necesitamos unas a otras, de que no es posible sobrevivir sin interactuar con las demás, sin aprovechar sus conocimientos y experiencias, sin apoyarnos mutuamente.
Como en el arca de Noé, en este encuentro formativo éramos dos o tres animales de cada especie: gallegos, extremeños, canarios, aragoneses… Y sí, sin duda, ha sido una celebración de auténtica cuidadanía, por varias razones:
- porque el aprendizaje-servicio justamente se inspira en la ética del cuidado, de la responsabilidad de unos con otros y con el entorno.
- porque efectivamente nos hemos aprovechado los unos de los otros, disfrutando de nuestros conocimientos y experiencias.
- porque hemos compartido algo más que lo delimitado por el área profesional: especialidades gastronómicas, juegos, bromas, muestras de afecto… ¡nos hemos cuidado unos a otros!
Lo que son las cosas, a la vuelta nos hemos encontrado con que se han presentado este año 302 proyectos a los Premios Aprendizaje-Servicio. El año pasado fueron 244. Además, hemos pasado de 22.735 en el 2017 a 44.154 chicos y chicas en el 2018… ¡Un aumento considerable!.
Nada es casualidad. En mi opinión, es el resultado de la labor de cuidadanos y cuidadanas dispuestos a a compartir un viaje que exige el carnet de la constancia con el sello del optimismo.
Increible como la información es una fuente que nos nutre a cada instante.
Gran Post! Le enviaré esto a mis alumnos de la https://uautonoma.cl/. La apreciación sobre la información nueva que nos llega todos los días es invaluable.
Gracias!
Es una nueva manera de construir comunidades No patriarcales. Enhorabuena. Saludos desde Chile, Fundación Restaurados, donde comprendemos la CUIDA-danía, como una organización de los vinculos no filiales que protegen a los niños y niñas cuando las familias de origen están fracturadas. Una respuesta a esta necesidad de reorganización social post separaciones o divorcios, donde son los “adultos quienes se divorcian, los hijos no”.
Llegó el momento de dejar que los otros se ocupen de las cosas que nos afectan, llegó el momento de ocuparnos nosotros mismos. Participemos activamente en la implementación de la “cuidadanía” siendo activos y propositivos, en beneficio propio y de nuestra comunidad. Bienvenidos a esta nueva forma de ver y plantear los asuntos que nos afectan a todos.