Un proyecto social es un cocido de cuatro horas, no una tortillita de cinco minutos. Necesita tanta pasión como constancia y los resultados suelen ser a largo plazo.
Desconfío muchísimo de los proyectos efímeros y un poco también de las personas que se mueven en ellos como pez en el agua. Si bien me gusta picotear en las comidas -una tapita de aquí y una de allá- me parece una frivolidad coleccionar iniciativas sociales como quien colecciona cromos.
Esta es una de las razones por las cuales me parece admirable el proyecto Safalud, impulsado por Mabel Pérez, profesora del colegio Safa-Grial de Valladolid, que empezó en el 2009 como práctica de los estudiantes del Ciclo Formativo de Dietética y se ha mantenido y consolidado hasta hoy, sin rutinizarse ni perder un ápice de frescura.
Se trata de una práctica de aprendizaje-servicio orientada a prevenir la obesidad en la población infantil. Es un problema grave, porque la obesidad es una de las epidemias del siglo XXI. Como cuenta Mabel, en España la prevalencia de la obesidad enla población infanto-juvenil supera el 14%.
Para motivar a los niños y niñas de Primaria a alimentarse adecuadamente y disfrutar de la comida saludable, los estudiantes de Nutrición diseñan y dinamizan actividades aplicando sus conocimientos y habilidades profesionales.
¡Aquí ves un muestra de la creatividad de los estudiantes y lo que da de sí la nutrición!
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