Aquí las tienes, son Susana y Montse, mis amigas maratonianas.
Capaces de empezar a correr hace apenas cinco años y conseguir enhebrar, con esfuerzo, constancia y mucha ilusión, una carrera tras otra, hasta llegar al mítico maratón de Nueva York.
Ayer acabaron su primer Marathon Trail Dunes, una travesía por el desierto en cuatro etapas. Las supernenas, sus amigas del barrio, las hemos estado siguiendo a través del Whatsapp con admiración y sana envidia.
El domingo pasado, mientras yo corría la Cursa de la Diagonal, las llevaba en mi pensamiento y notaba cómo me estiraban hacia la meta. En aquellos momentos ellas recorrían su segundo tramo entre las dunas.
Si las amistades son nuestro tesoro vital, en este caso se trata además de personas inspiradoras de las cuales una no deja nunca de aprender y motivarse.
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