Se acabó el Congreso. Dos días alucinantes, increíbles, de los que sólo me llevo buenísimas vibraciones.
Un ratito de reflexión y éstos son mis impactos:
En primer lugar, la energía creativa y la tenacidad de los organizadores, todos ellos profesores de una escuela pública de secundaria, la Raúl Scalabrini Ortiz, capaces de montar por su cuenta, a pulmón, un congreso que ha reunido más de doscientas personas.
En segundo lugar, la calidad de los proyectos de aprendizaje-servicio presentados. Ninguna concesión a la frivolidad, sino todo lo contrario: rigor académico y compromiso cívico de altísimo nivel.
En tercer lugar, la dimensión política, en el amplio sentido de la palabra, que impregna los proyectos. Los resultados de impacto social en la población son rotundos: redacción de ordenanzas municipales, reivindicación y logro de un centro de salud, presión al sector empresarial…
En cuarto lugar, la fuerte identidad territorial y en ella la preocupación por el medio ambiente, sobretodo la gestión de la basura y del arbolado urbano.
En quinto lugar, la vocación asociativa militante del profesorado que presentaba los proyectos. Son profesores y a la vez activistas sociales, vinculados a movimientos cívicos, culturales, ecologistas.
Marisel, Alejandro, Celeste, Laura, Sergio, César, María Noel…¡voy a extrañaros y voy a extrañar todo esto!
Gràcies per l’aire fresc que ens fas arribar!
I que bé que hi hagi llocs on els mestres siguin els activistes socials! I impulsin aquesta projectes que expliques