Durante dos días he estado dinamizando un “taller exprés” sobre comunicación en público con los chicos y chicas de 4º de Secundaria del Instituto Angeleta Ferrer, en Sant Cugat.
Han sido cuatro grupos de 15 – 16 años, a razón de dos horas por grupo. Angelitos adolescentes, cargados de hormonas, listos y charlatanes.
El taller exprés era sólo un aperitivo, algo así como el trailer del Taller Comunica auténtico, que es el que dinamizan los estudiantes de ESADE.
En la versión “auténtica” los estudiantes de la universidad, después de haberse formado en comunicación en público, planifican y llevan a cabo el taller durante tres días, y lo hacen en equipos, de manera que la relación con el alumnado de Secundaria es más intensa y personalizada.
Es un buen ejemplo de Peer Education o educación entre iguales. Aunque los universitarios son mayores, no son profesores, sino jóvenes cercanos a los adolescentes, que comparten con ellos aquello que han aprendido.
Pensaba en ello unos días antes de mi taller-exprés, cuando, una vez más, emitían por la televisión Harry Potter y la Orden del Fénix: la escena de Harry enseñando a sus compañeros el encantamiento Spectrum Patronus es genuina Peer Education.
La verdad es que, aunque tengo pinta de profe (o de la madre o la abuela de los angelitos) y no puedo engañar a nadie, por un momento sentí la misma ilusión que Harry cuando comprueba las habilidades de sus compañeros.
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