La razón de la existencia de la universidad es el servicio a la gente y la excelencia es su mejor instrumento…

Con esta cita de un estudiante de medicina de Tucumán cerraba Nieves Tapia el Panel sobre Solidaridad y calidad académica en la Educación Superior y en la escuela.

Fue uno de los paneles más emotivos del seminario. Poco antes se habían denunciado las estrategias de calidad que cortan la relación de la universidad  con la comunidad, sumergiendo a docentes y estudiantes en una burbuja estéril y autocomplaciente.

El seminario de este año tal vez ha sido más político e ideológico que nunca. Creo que influyó en ello la situación de crisis y el colapso de las políticas (también las educativas) fascinadas por el mercado.

Pero sin duda alguna otro elemento influyente ha sido la instalación en el sistema educativo argentino del aprendizaje-servicio como práctica obligatoria en la secundaria.

Para las más de 15.000 instituciones educativas de todos los niveles que practican en Argentina el aprendizaje-servicio, la nueva política educativa del Ministerio representa un paso adelante en el proceso de institucionalización.

Como desarrolló Andrew Furco en su ponencia, institucionalizar prácticas APS significa colocarlas en el corazón del proyecto educativo del centro.

Sin duda es un largo proceso: se empieza impulsando prácticas APS, incorporando estudiantes y docentes; se continúa buscando la máxima calidad en los proyectos; y luego hay que dar el paso de sostener su institucionalización.

Un proceso que puede durar muchos años, pero que es necesario para ir pinchando burbujas.

 

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