It’s your city, dig it, dice el divertido eslógan de Green Guerrillas. Bueno, quizá no podemos cavar en cualquier parte de nuestra ciudad, pero sí podemos conservar y custodiar los espacios naturales que nos quedan en nuestras ciudades.
Éste es el objeto de Custodia Urbana, un proyecto de X3 Estudis Ambientals, inspirada en la misma línea de crear complicidades y tejer redes para proteger el entorno, de la Plataforma de Custodia del Territorio.
La primera vez que vi algo parecido fue en una película romántica de Peter Weir, Green Card (en referencia a la tarjeta de inmigración de USA). En España se tradujo como Matrimonio de conveniencia.
La protagonista estaba involucrada en un colectivo de activistas, más o menos ecologistas, que, entre otras cosas, reconvertían espacios baldíos de la ciudad en pequeños jardines. En realidad la película trataba sobre la inmigración, pero se me quedó la lucecita roja encendida del otro tema.
Cuando vivía en Bellvitge y mi hija era pequeña solíamos ir a hacer volar una cometa al abandonado campo de rugby, en la zona sur del barrio. Era un espacio medio asalvajado, tierra de nadie, dónde se escondían algunas serpientes y de vez en cuando, no muy lejos, se veía pasar un rebaño de ovejas y cabras. Era estupendo y, contra lo que se puede pensar, era calidad de vida.
Tengo que volver a buscar serpientes un día de estos, si es que queda algo de ello. Hace poco me encantó ver en Montmartre una viña en medio del casco antiguo. Y al lado hay un pequeño bosque, también sauvage, que el ayuntamiento quiere conservar lo más natural posible.
Creo que la Custodia Urbana tiene mucho sentido: social, ambiental, educativo e incluso terapéutico. Hay mucha belleza escondida en pequeños rincones de nuestras ciudades, a poco que seamos incapaces de verla y disfrutarla, podemos arrasarla casi sin darnos cuenta.
Te dejo algunas webs de experiencias estimulantes para echar un vistazo. ¡Seguro que se te ocurren ideas!
Gracias. Es una noticia llena de aire fresco con un proyecto esperanzador