Optamos convencidos por mejorar la incidencia de la causa, aún sabiendo que la organización perdería visibilidad.
Esta fue una de las reflexiones y consejos que transmitió Carlos Susias, presidente de EAPN-España, en la Escuela de Otoño del Voluntariado, el sábado pasado en Salamanca.
El conjunto de actos ligados al Año Europeo de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social 2010 exigía escoger entre dos opciones: o reforzar el protagonismo y la visibilidad de la organización (eso que frecuentemente se llama “posicionarse”) o bien compartir protagonismo con otras entidades y asociaciones, lo que multiplica la incidencia, pero sin duda diluye la imagen de cada una.
El consejo venía al hilo de que el 2011 será el Año Europeo del Voluntariado. Una oportunidad para muchas cosas, entre otras, que las organizaciones de voluntariado practiquen la generosidad inteligente de compartir esfuerzos (y protagonismo) para multiplicar resultados, opción que suscribió Luciano Poyato, presidente de la Plataforma del Voluntariado de España.
Bueno, cualquiera podría pensar que que este consejo es innecesario, porque las entidades sociales y de voluntariado están repletas de personas generosas.
Pues sí que es verdad: las personas generosas -e inteligentes- son la base y el motor de estas entidades. Pero como son humanas, no están absolutamente libres de complejos, envidias o protagonismos.
Además, la propia lógica de subsistencia de las asociaciones sin afán de lucro conlleva con frecuencia actitudes defensivas y de recelo a la hora de trabajar con las demás.
En el actual contexto de crisis, aunque pueda agudizarse la angustia por la subsistencia, no hay otro camino que la colaboración, priorizando la visibilidad de la causa.
Sí, Charo, es necesario fortalecer esta perspectiva. Lo colectivo sobre lo individual se vuelve una opción ética de los nuevos tiempos, del “Buen vivir”, como decimos por aquí en América Latina.
No es tiempo de hacer supuestos. Es tiempo de reafirmar convicciones…