Normalmente una va a un congreso con una red para pescar experiencias fresquitas, contactos sabrosos, discursos brillantes… Cuando se acaba el congreso toca examinar la red con atención, devolver al mar algunos pescaditos y conservar otros para cocinarlos a fuego lento o rápido, según.
La 21st Annual National Service-Learning Conference de California ha proporcionado una pesca generosa. Siento que necesito tiempo para hacer la digestión de todo lo vivido estos días, pero prefiero avanzar, para ir rumiando, las primeras impresiones y reflexiones, aquello que me ha llamado más la atención:
- Ha resultado una feliz mezcla de congreso-feria o de feria-congreso. Se han combinado sabiamente conferencias, talleres, espectáculos, estands, asesores personales a la carta, exhibiciones, grupos de trabajo… Ambas dimensiones se han complementado y reforzado.
- La presencia mixta de jóvenes y adultos ha sido permanente. Los jóvenes tenían espacios propios, pero compartían también responsabilidades organizativas, así como la presentación de las actividades, los estands de los proyectos y el protagonismo en los espectáculos.
- El ambiente relajado y espontáneo, muy agradable, se apoyaba en la apertura de miras, flexibilidad, calidez de la acogida, clima cordial, ausencia de pedantería (esto último se agradece mucho). La convivencia multicultural ha sido permanente, mezclándose oriente y occidente, norte y sur, creencias y religiones… acompañado todo ello de un fuerte y repetido rechazo a la xenofobia.
- Nuestros colegas norteamericanos están ya en un segundo nivel de experiencia y reflexión. Llevan mucho tiempo aplicando aprendizaje-servicio y generando muchas investigaciones. Han tenido tiempo de avanzar y pararse, de acertar y rectificar. Una parte de sus retos actuales radica en temas como la formación del profesorado, el rendimiento de resultados y la implicación de las familias.
- El argumento recurrente compartido prácticamente en todos los discursos, experiencias y talleres ha sido la resiliencia (sin citar explícitamente este término) y el liderazgo de los jóvenes para superar los problemas y cambiar el mundo. ¡Como una extensión del Yes, we can de Obama!.
- Me ha llamado poderosamente la atención el uso de las TIC: Tres pantallas gigantes de vídeo en los plenarios, mensajes SMS para compartir impresiones de los discursos en el acto…; así como la puesta en escena y el protagonismo de la música, en particular el hip-hop y lo que podríamos llamar música urbana.
- Me ha impresionado la cantidad de recursos didácticos y bibliográficos que han generado en los últimos años, lo buenos y atractivos que son los libros, los recursos que también existen para los chicos y chicas.
- Me ha parecido estimulante la cantidad y diversificación de premios y reconocimientos celebrados en el encuentro. El ambiente de colaboración y de buen rollo aparentemente no se ha perjudicado por el hecho de ganar o no ganar determinado premio. Bueno, la verdad es que a mí me divierten los premios, encuentro que le ponen un punto de emoción a actos como éste.
- Para los españoles resultan insólitos algunos aspectos de la conferencia, como el uso solemne de himnos, banderas y elementos patrióticos en la inauguración. Sin embargo, creo que sería mezquino otorgar a estos elementos culturales diferenciales una importancia exagerada. Responden a una sensibilidad que probablemente no es la nuestra, pero a parte de respeto, creo que merecen ser considerados como una manifestación de fuerte compromiso colectivo.
- El lema de la Conferencia, Inspire. Imagine. Innovate! realmente ha respondido a lo realizado. María Nieves Tapia me comentó en una ocasión: A este congreso hay que ir por lo menos una vez en la vida. ¡Tenía razón!
Para acabar, te dejo el blog de Jim Kielsmeier, fundador y presidente de NYLC, la organización que cada año monta este evento, toda una referencia internacional del aprendizaje-servicio.
Y también el vídeo que me animé a editar con lo que estuve registrando.
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