El martes estuve con Marta y Pere, responsables de la Escuela de Educación Especial Xaloc, de Sabadell. Me impresionó la calidad y solidez de su proyecto educativo, cuyo eje es la participación ciudadana de los chicos y chicas con discapacidad intelectual.
Los jóvenes de esta escuela se ofrecen como voluntarios a las entidades sociales de la ciudad y con esta experiencia ejercitan conocimientos, habilidades y actitudes que no sólo mejoran su rendimiento académico sino también su condición de ciudadanos activos, capaces de contribuir a mejorar su entorno.
De rebote, y como valor añadido, promueven una mejor disposición de la sociedad hacia ellos mismos. En general, las personas con discapacidades son percibidas como personas destinatarias de protección y de ayuda, pero no como personas capaces ellas mismas de ayudar a otros.
Esta experiencia, junto con la de la asociación Down Lleida y su proyecto Nous Voluntaris (Nuevos Voluntarios) rompe esquemas proteccionistas y paternalistas en la atención a las personas con discapacidades. Ambos centros educativos han encontrado en el aprendizaje-servicio una buena herramienta para provocar un impacto educativo y un impacto social.
En esta ponencia de Pere puedes ver cómo enfocan la relación entre aprendizaje-servicio y educación especial.
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