Esta reflexión y muchas otras relacionadas con el despilfarro de alimentos, el hambre y la pobreza en el cuarto mundo son las que provoca el Banc dels Aliments de Barcelona entre los escolares de más de 90 centros educativos de primaria y secundaria. A través de su equipo de voluntarios, el Banc dels Aliments llega a las escuelas y promueve la concienciación y el compromiso de chicos y chicas, que pueden colaborar activamente no sólo organizando su propia recolecta de alimentos en el barrio, sino también visitando el Banc dels Aliments y actuando durante un día como voluntarios en tareas de empaquetamiento.
La demanda de alimentos en Barcelona se ha disparado en un 30% en los últimos meses, pero no ha pasado lo mismo con la llegada de excedentes a los bancos de alimentos. Tenemos un grave problema incrustado en nuestra sociedad consumista y despilfarradora, como describe este reportaje emitido el pasado 23 de marzo por el programa Entrelínies de la Televisión de Catalunya. Y, además, la crisis ha extendido la precariedad entre sectores de la población que años atrás no se encontraban en situaciones de carencias básicas.
Por esta razón, la participación comprometida de chicos y chicas no es una simulación didáctica, no es un ejercicio de floritura pedagógica, no es el último juego de rol bienintencionado: los chicos y chicas hacen un servicio real a la sociedad, respondiendo a una necesidad tan real como punzante. En medio de tanta realidad virtual, agradece y reconforta encontrar realidad virtuosa.
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