¿Será verdad que la crisis alienta el valor de la fraternidad?
Durante siglos, la fraternidad ha estado sepultada bajo la fuerza de los otros dos valores emblemáticos del mundo moderno, la igualdad y la libertad, una antinomia cuya potencia hizo que la fraternidad pasara desapercibida como aspecto a valorar, a defender o a cultivar. Parecía no tener capacidad movilizadora, a diferencia de sus hermanas republicanas.
La fraternidad encaja con la ética del cuidado, con la mirada femenina, con la que entiende el mundo como una red de relaciones de responsabilidad, en la que todos debemos procurar el mayor bien para todos, atendiendo a las diferencias – lo que es justo para unos, tal vez no lo es para otros- y pasando a la acción.
El valor de la fraternidad nos mueve a ser generosos, no sólo justos. Esta generosidad, esta fraternidad, está inserta en el corazón de la nueva ciudadanía global. Alguna reflexión podemos sacer de este reportaje:
¿Crisis? Pequeños gestos solidarios construyen una respuesta.
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