En el legítimo afán por aclarar confusiones conceptuales sobre el aprendizaje-servicio, es frecuente encontrar posturas -a mi juicio un poquito radicales- con el requisito de la vinculación curricular que debe tener el servicio.
Estos posicionamientos enuncian algo así: Si el servicio no se vincula directamente con un contenido, asignatura o materia curricular (léase académica)… ¡no es aprendizaje-servicio!
Bueno, pues creo que vale la pena flexibilizar y matizar. Por varias razones, y cito cuatro:
- En primer lugar porque el currículum académico es variable. Lo que hoy sale en él, mañana se elimina, y al revés. No puede ser la última palabra. Además, los sistemas educativos van siempre a remolque de los retos sociales (llegando, a veces, un pelín tarde). Por ejemplo, hace veinte años no había en los currículums escolares ni una sola palabra sobre las TIC, pero ya había ordenadores; o no se trabajaba el bulling, pero ya existía.
- En segundo lugar, porque muchos aprendizajes importantes en la vida de las personas no están en el currículum. Algunos contenidos básicos están sorprendentemente ausentes. Por ejemplo: ¿en que parte del currículum escolar se ubican las “buenas maneras” o “buenos modales”? ¿Crees que está presente en la asignatura de Educación para la Ciudadanía? Léete el BOE y verás que no es así. ¡Missing!
- En tercer lugar, a veces lo que en realidad se encuentran a faltar -con razón- son prácticas ApS ligadas al desarrollo de determinadas competencias básicas, como la competencia matemática. Y es cierto que, en general, hay muchos más proyectos orientados a desarrollar otras competencias. Pero resulta que, actualmente, las 8 competencias básicas son curriculares. Por lo tanto, un proyecto vinculado a la competencia social y ciudadana no es “menos” curricular que un proyecto vinculado a la competencia matemática. Lo que no quita que sea necesario estimular más proyectos vinculados a esta competencia.
- Finalmente, hay que tener en cuenta que el aprendizaje a lo largo de la vida es el referente en la sociedad del siglo XXI y no sólo el aprendizaje académico proporcionado por el sistema educativo formal. Este factor también relativiza la vinculación al currículum como requisito sine qua non en cualquier proceso educativo.
Conclusiones (desde mi punto de vista, claro):
- El aprendizaje-servicio vincula explícitamente un servicio a la comunidad con un aprendizaje significativo.
- Este aprendizaje puede ser un contenido curricular y ubicarse en una asignatura concreta, pero puede ser un aprendizaje de otro tipo de contenidos educativos.
- Lo que sí es imprescindible es que se persigan y evalúen ambos aspectos: el aprendizaje y el servicio.
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