El primer libro que leí de ella fue, en 1970, Y fueron felices comiendo perdices. Yo tenía 16 años y ya pillé la ironía porque empezaba a estar harta de tanta tontería.

Luego leí e incluso fotocopié Mujercitas. Corría 1975 y creo que no tarde mucho en vincularme al Partido Feminista que lideraba Lidia Falcón. Tal vez los dos libros no ejercieron una influencia directa en ello, pero sin duda  me ayudaron a tomar conciencia.

El Partido no parecía un partido. Era un grupo muy serio, de mujeres intelectuales en su mayoría, muy indignadas. Nunca acabé de comprometerme del todo, porque los retos sociales me acabaron envolviendo y atrapando más que los políticos.

Nuria Pompeia, la autora de ambas obras, murió el día de Navidad. La noticia me ha invadido de recuerdos de una época feroz, los primeros años de la transición.

La verdad es que el humor y las ilustraciones entre ingenuas y sarcásticas de Nuria Pompeia me compensaba un poco la rabia que me producían las contradicciones de la izquierda con la causa feminista.

Hace poco, de la mano del amigo José Francisco Gras, me llegó un argumentario para rebatir, uno por uno, los razonamientos machistas que todavía, a día de hoy, escuchamos las mujeres.

Me hubiera gustado que Nuria Pompeia ilustrara con su lúcida pluma cada uno de los tópico de esta lista. Porque aunque nos llene de vergüenza lo arraigados que están, la peor derrota sería perder la sonrisa.

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