Ayer por la noche estuve trabajando, cenando, conversando y riendo con los amigos del Grupo ApS de la Comunitat Valenciana. De izquierda a derecha: Gemma Juan, Sergio Ferrandis, Javier Torregrosa, Ximo Cadiz, Consuelo Cerdá y Esther Escoda.

Seis auténticos líderes y excelentes personas que, entre otras cosas, están tejiendo el octavo encuentro de la Red Española de Aprendizaje-Servicio, que tendrá lugar en Valencia el 11 y 12 de diciembre.

Decidimos hace un tiempo que celebraríamos nuestro encuentro anual cada vez en un territorio diferente. Entre otras cosas, eso nos iba a ayudar a repartir esfuerzos, diseminar mejor el aprendizaje-servicio y, de rebote, reforzar el grupo impulsor de cada territorio.

Así ha sido. Pero montar un evento no garantiza por si solo cohesionar un grupo. Hemos aprendido mucho estos años cuanto a trabajar en red. Y si algo tengo claro, son los tres trucos que facilitan la tarea:

  1. Distribuir el trabajo: todo el mundo debe tener su espacio y su cometido claro.
  2. Circular la información: hay que obligarse a ello, porque las prisas de la vida cotidiana nos empujan a veces a pasar por alto este aspecto.
  3. Extremar la autonomía y la responsabilidad individual: el trabajo en grupo nunca puede ser la coartada para no disciplinarse cada uno en lo suyo, sin esperar que los demás reclamen la tarea encomendada.

Sin embargo, no hay duda de que lo que acaba cuajando estos tres ingredientes es la calidad humana de los miembros de la red.

Como ayer, en que la sabrosa cena sólo era un reflejo de las personas sabrosas que la compartían.

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